RESEÑA: EL ULTIMO VAGÓN.
TITULO: El ultimo Vagón.
AUTOR: Angeles Doñate.
EDITORIAL: Ediciones Urano
SELLO: Umbriel
NUMERO DE PAGINAS:
PRECIO:
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SINOPSIS
Ikal
tiene 11 años, es hijo de un obrero del ferrocarril y sueña con ser maestro.
Admira a Chico, cuenta los trenes que pasan con Tuerto, sueña con Valeria, una
campesina, y vive mil aventuras con Quetzal, su perro. Todos son alumnos de don
Ernesto, en la escuela vagón Malinalli Teneplat, durante el curso en que
cambiaran sus vidas. En la frontera de ninguna parte, entre campos de frutales
y vagones viejos, treinta alumnos descubrirán la vida gracias a la pasión de un
maestro que ha unido su suerte con la de estos jóvenes con las cartas marcadas.
Una foto en blanco y negro de todos ellos, que duerme en un expediente olvidado
de la Secretaría de Educación, se convertirá años después en la peor pesadilla
de Hugo Valenzuela, un brillante inspector.
El maestro, anciano y casi ciego,
debe jubilarse. Pide reemplazo, pero algunos políticos creen llegado el momento
de dar carpetazo a un modelo educativo pasado de moda e inútil. ¿Inútil? Hugo
no está tan convencido y decide estirar del hilo. En un viaje que le llevará a
reencontrarse con su pasado, deberá jugarse su futuro, descubriendo que hay
huellas que no se pueden borrar. Como las del primer amor o las de un maestro, que,
a través de la curiosidad y el cariño, nos abre las ventanas al mundo.
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OPINIÓN PERSONAL
Ikal es hijo de un trabajador del ferrocarril
que vive en un vagón de tren que hace las funciones de casa. El tren viaja por
todo el país cargado de trabajadores en busca de trabajo.
Cuando llegan a un lugar y el tren se queda parado durante meses, es entonces que Ikal y los demás niños que viajan a bordo (hijos de trabajadores del ferrocarril, temporeros y niños locales) van al colegio en un viejo tren color verde que con tanto esfuerzo e ilusión el maestro Ernesto ha transformado en una escuela.
Cuando llegan a un lugar y el tren se queda parado durante meses, es entonces que Ikal y los demás niños que viajan a bordo (hijos de trabajadores del ferrocarril, temporeros y niños locales) van al colegio en un viejo tren color verde que con tanto esfuerzo e ilusión el maestro Ernesto ha transformado en una escuela.
Desde la capital, en las oficinas de la secretaria de educación, llega hasta el escritorio de Hugo Valenzuela un expediente verde en el que se lee “Escuela Pública Artículo 123”. La última escuela vagón solo cuenta con un viejo maestro a punto de jubilarse, genera gastos y representa a una época del pasado, así que le encargan a Hugo el trabajo sucio: Cerrar la escuela.
El último vagón es la historia de Ikal y los meses que pasó en un pequeñop donde conoció a los que serían sus mejores amigos: Tuerto (el hijo de otro trabajador del ferrocarril, que sueña con construir trenes), Chico (hijo de un temporero, a quien la vida le ha tratado de tal manera que ya no cree en los sueños) y Valeria, la niña cuyo río de cabello negro lo cautivó.
Si me preguntan porque pedí este libro, les diré que no lo sé, ni siquiera leí su sinopsis, pero hubo algo en su portada que me atrapó, y cuando llegó a mis manos gracias a mis amigos de Editorial Urano, descubrí que su autora Ángeles Doñate fue la que escribió “El alma de la radio” un libro que en su momento tuve muchísimas ganas de leer pero que nunca pude hacerlo, y aunque inicié El último vagón sin expectativas me alegra decirles que me lleve una grata sorpresa.
La pluma de Ángeles Doñate es muy fluida y amena, los personajes se clavan en tu corazón, la historia te atrapa desde el primer capítulo, la prosa de la autora está cargada de sentimientos y frases conmovedoras.
El libro como ven es muy corto, apenas pasa de las 200 páginas, los capítulos son bastante cortos (algo que siempre agradezco) y están contados a través de Ikal y Hugo.
Por un lado tenemos a Ikal, un niño dulce y dotado de una inocencia que le permite soñar con un brillante futuro. En todos los capítulos de Ikal hay una frase célebre de algún personaje conocido, estos fueron los capítulos que más disfruté: Este será un personaje que se robará tu corazón desde la primera página.
Hugo es un hombre decidido a quién nunca le ha costado tomar las decisiones difíciles, pero hay algo en una vieja foto de la Escuela Pública Artículo 123 que le lleva a pensar que tal vez éstos chicos merecen una oportunidad. Al inicio me costó un poco engancharme a sus capítulos, pero conforme iba leyendo fui conociendo al personaje, pude entenderlo y le cogí tanto cariño que al final sufrí junto a él y me saco varias lágrimas, mitad de tristeza y mitad de felicidad.
El último vagón es un libro que, citando a Benito Taibo, te llena de educación sentimental. Es un libro que fuera de entretenerte por un par de horas, te invita a reflexionar y te enseña que muchas veces la vida es injusta, que nunca sabes cuando tú vida va a cambiar ni si es para bien o para mal.
Lo leí en 2 días y lo hubiera leído en menos de 24 horas, pero #trabajo #adultojovenresponsable, lo disfruté muchísimo, no podía soltarlo, me devore página tras página y cada capítulo me gustaba más que el anterior.
Habla de un tema muy importante y muchas veces ignorado: la educación. A nosotros se nos ha enseñado que la educación es un Derecho, pero muchas veces en los lugares más marginados este derecho es violado por las autoridades cuyo trabajo es protegerlo, y que usan excusas tan tontas como “Para que recibir educación de todos van a terminar trabajando en los campos o como obreros de fábricas, ¿Cuántos de esos niños llegarán a la secundaria? ¿Cuántos a la universidad? ¿Alguno siquiera saldrá del estado, por no decir viajar al extranjero?” para justificar el cierre de colegios y llenarse los bolsillos con el presupuesto. Me encantó como la autora manejó de forma excepcional y con sentimientos tan vivos que yo realmente me sentí impotente y molesta al leer como los mismos trabajadores de la secretaria de educación estaban empeñados en el cierra de la escuela sin darle la oportunidad a los niños de recibir una educación.
El último vagón es un libro lleno de enseñanzas y personajes entrañables, ame con todo mi ser a Ikal, Hugo, Don Ernesto y Quetzal, un perro feo, flaco y posiblemente con pulgas.
No creo poder expresar cuánto me gustó este libro, le di 5 🌟 (se lo ganó), es una historia original y conmovedora que te hará reflexionar sobre la vida y que se quedará grabada en tu corazón y mente mucho después de haber leído sus páginas. Se va a mis mejores lecturas del año.
Por último solo quiero decirles: Léanlo, si tienen la oportunidad léanlo. No se van a arrepentir. Le doy mi sello de garantía.
Que genial! No conocía el libro pero con tu reseña me sobran ganas de leerlo
ResponderBorrarGracias por pasarte a leer la reseña! Ojalá pronto le des una oportunidad, el libro vale mucho la pena, la historia es hermosa, los personajes de cuelan en tu corazón y la pluma de Ángeles es tan atrapante y amena que no lo puedes soltar.
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